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Hace muy poco tiempo que Billie Eilish ha dejado de ser adolescente para convertirse en adulta. Ahora que en la biografía de su cuenta de Instagram tiene un solitario pero contundente "18", la niña prodigio de la música ya no lo es tanto. Aún así, su tremenda juventud hace temer a muchos sobre su estabilidad mental a la hora de afrontar la fama. Atravesando depresiones con algún que otro pensamiento suicida, lo cierto es que no podemos decir que Billie Eilish lo esté llevando del todo mal. Si la adolescencia es ya difícil para cualquier chica, si encima eres la estrella de la música más admirada (y, por tanto, también odiada) de la actualidad, el tema debe ser difícil.
Una de las primeras cosas que llama la atención de Billie Eilish es su vestimenta. Que si viste como un chico, como un jugador de baloncesto, como un rapero... En fin. Que su forma de vestir ha sido una de sus principales focos de críticas. Como joven estrella femenina, Eilish eligió el camino estético que no llama la atención en Kanye West o Jay-Z pero que en ella parece una provocación. Vivimos en un mundo en el que a Eilish la llaman la niña rebelde por vestir con una camiseta en vez de salir a menear el trasero con un tutú y un top. La joven californiana ha comentado en multitud de ocasiones que su relación con su cuerpo es bastante tóxica. Algo común, por otro lado, a casi cualquier adolescente de su generación. Pero es que encima hablamos de una chica que, cuando se le ha visto el hombro, ha sembrado titulares por todo el mundo.
El cuerpo de Billie Eilish se ha convertido en un secreto, una bola de nieve que podría acabar yendo en contra de lo que en principio buscaba, triunfar sin sexualizarse. Su físico, por puro desconocimiento, se ha convertido en tema de conversación. Esto habla muy mal del mundo en que vivimos, pero Eilish tiene que afrontarlo. Y lo ha hecho. Ha sido en su último concierto, en Miami. En uno de los descansos ha aparecido un vídeo en el que Eilish se quita la camiseta, quedando en sujetador.
Antes de acabar sumergida en el oscuro líquido del vídeo, se oye en off la voz de la joven, que reflexiona contundentemente sobre todo el asunto, dejando claro el callejón sin salida del enfermizo examen físico de nuestra era.
¿Te provocan mis hombros?¿Y mi pecho?¿Soy mi estómago?¿Mis caderas? El cuerpo con el que nací ¿no es el que querías? Si visto cómoda, no soy mujer. Si me destapo, soy una puta. Aunque nunca has visto mi cuerpo, lo juzgas y me juzgas a mí por él ¿Mi valor se basa solo en tu percepción o es que tu opinión de mí no es mi responsabilidad?Lo cierto es que, por mucha rabia que le de a algunos el estrellato, pura generación Z, de Billie Eilish, sigue enseñándonos a todos los viejunos como hacer las cosas en esta época. Hoy nos ha dado otra lección, y ha sido quitándose la ropa. Superad eso baby boomers.
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