Esta cinta supuso un espaldarazo definitivo a un Brad Pitt más sobrio, con la capacidad de ser el protagonista total de una producción de éxito. Toda la peli está concebida para su lucimiento personal, que el guion es mucho más flojo que sus grandes intenciones, pero lucirse, se luce. Y el Tíbet también, que la fotografía es una gozada.

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